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Alumnos de la Maestría en Psicología de la Salud fueron capacitados por investigadores de la UNAM y de otras universidades en tecnología para la detección del “dolor emocional”

Ahora están en condiciones no sólo de usar un termógrafo sino de crear sus propios prototipos

Alumnos de la Maestría en Psicología de la Salud del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) tomaron el “Curso-taller teórico-práctico sobre el uso de biomarcadores autonómicos e inmunológicos del funcionamiento emocional de pacientes con dolor crónico” impartido multidisciplinariamente durante tres días por biólogos; ingenieros especialistas en mecatrónica; psicólogos y médicos algólogos, oncólogos e inmunólogos provenientes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Autónoma de Querétaro y de la Universidad de Colima, así como del Instituto Politécnico Nacional.

Encabezados por el  profesor investigador de tiempo completo de la Facultad de Psicología de la UNAM y asesor de la Clínica del Dolor del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, Dr. Benjamín Domínguez Trejo, el “Grupo de Investigación Mente-cuerpo” presentó ante los alumnos de la maestría, un prototipo denominado Termógrafo que ayuda al personal de salud diferenciar el dolor crónico del dolor emocional para dirigir de manera más efectiva los tratamientos médicos o psicológicos, según sea el caso.

Explicó que se trata de un equipo de alta tecnología totalmente mexicano que sirve para obtener una imagen de los cambios de temperatura en los músculos de la cara que se producen cuando una persona tiene dolor. En los mamíferos. dijo, es en la nariz donde se reflejan los cambios emocionales y de temperatura.

“Consiste en una cámara con la que se registra la temperatura del rostro del paciente y en sólo un minuto se puede saber si se encuentra estresado. Los cambios de tono en la imagen reflejan aumento o disminución de la temperatura”.

En el terreno clínico, puntualizó, el prototipo permite al personal de salud medir la temperatura en la nariz del paciente con dolor crónico para saber si éste se puede beneficiar más del apoyo psicológico o de un tratamiento basado en fármacos o en procedimientos quirúrgicos, inclusive.

El académico de la UNAM precisó que la información que arroja el termógrafo impacta de manera directa en el sistema de salud, toda vez que los médicos suelen atender los síntomas fisiológicos de los pacientes, cuando el que -en la mayoría de los casos debería intervenir- es el psicólogo para ayudar a resolver lo que se conoce como “dolor emocional”. Ello, “reduciría costos enormes al sistema de salud”, aseguró.

“El dolor emocional es el que sentimos cuando ya no tenemos ninguna lesión pero tenemos miedo a que regrese el dolor físico. Ese dolor es más incapacitante, más doloroso que el dolor de una quemadura en la piel, por ejemplo. El primero se quita con un tratamiento sencillo y el segundo puede durar toda la vida”, explicó.

A este respecto, señaló que en los servicios médicos siete de cada 10 pacientes que acuden a atención presentan dolor emocional y tres, dolor físico. Ello, tras un estudio realizado por su equipo en el servicio de Consulta Externa del Hospital General de México en el 2004 en donde fueron evaluados  28 mil pacientes que acudieron ahí durante un mes.

“Por eso es importante que los sistemas de salud incluyan una forma de identificar a quiénes están en un tipo de dolor emocional y quiénes no… Todas las enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, la hipertensión, todas producen dolor emocional, no solamente incapacidad física, que era intangible para los médicos pero que ahora con esta tecnología podemos identificarlo muy bien”.

El “Grupo de Investigación Mente-cuerpo” confeccionó ya el segundo prototipo de termografía por lo que su sensibilidad es “exactísima”, explicó Domínguez Trejo quien incluso aseguró que en 10 segundos y en una sola toma se puede saber el tipo de dolor que aqueja a los pacientes.

El segundo prototipo se encuentra en proceso de registro de propiedad intelectual y por ello aún no se comercializa, lo cual podría estar concluido este mismo año, cuyo costo estimado oscilará entre 14 y 16 mil pesos, contra un millón y medio de pesos que cuestan equipos similares de exportación no tropicalizados.

Por su parte, la coordinadora de la Maestría en Psicología Positiva y de la Clínica para el Manejo del Estrés y Cesación Tabáquica” del CUCS, Dra. Rosa Martha Meda Lara afirmó que el Centro no sólo está en condiciones de adquirir un prototipo como el presentado por los investigadores de la UNAM, sino que incluso lo podrán diseñar. Al tiempo que dijo, están creando vínculos para trabajar de manera disciplinaria con otros profesionistas locales.

A T E N T A M E N T E

“Piensa y Trabaja”

Guadalajara, Jal., a 13 de Septiembre de 2017

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Cortesía