Reto: enseñar a los niños a aprender a vivir y morir, tan importante como ganar y perder

Desde etapas tempranas de la vida hay que enseñar sobre la muerte. La sociedad mexicana está en pañales en estos aspectos, ya que dicha condición humana todavía genera censura, burla y miedo; esto lo plantearon académicos de la Universidad de Guadalajara y de otras instituciones.
Especialistas recomiendan que a “todos los niños, desde preescolar, se les enseñe a morir y a vivir, pero también algo muy importante, a perder y a ganar”, y no como en México, donde se alecciona sobre la competitividad y no se da importancia al fracaso, dijo el maestro José de la Cruz Villanueva Ramírez, director de la Escuela de Tanatología en México.
Apuntó que no estar preparado para dar ese paso deja frustración, ante lo cual es necesario hablar de ella: “Porque cuando hablamos de lo que es real, como la muerte, nos damos cuenta de que va a suceder”, y subrayó que los nuevos profesionales de la salud mental deben concientizar sobre este asunto.
Este viernes fue realizado el panel académico “Separación, muerte y duelo”, en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), en el que cinco académicos disertaron sobre el duelo, la tanatología, los ritos funerarios, la eutanasia y otros temas, ante estudiantes, docentes y público en general en los auditorios “Dr. Wenceslao Orozco y Sevilla” y “Rodolfo Morán”.
“El duelo es una experiencia que para mucha gente constituye algo doloroso e insoportable”, resaltó el maestro Francisco Rodríguez Gutiérrez, director del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica; quien aseveró que los psicólogos deben estar capacitados teórica y técnicamente para las emergencias psicológicas: “Es lamentable que los psicólogos clínicos sólo estemos trabajando para cuando la gente viene a nuestro consultorio, y no en casos de desastre, donde hay una ideación o tentativa suicida, o con sus madres negándose a vivir el duelo”.
 “Cualquier persona debe saber aplicar los primeros auxilios psicológicos: mantener la calma, fomentar la verbalización, no discutir con la persona” y saber que, por ejemplo, un deprimido tiene avances y retrocesos.
El maestro Mario Alberto Esparza Zamora, académico del CUCS, por su parte comentó que los rituales tienen funciones social, psicológica y física. La velación, la sepultura, los santos óleos, el llanto, no sólo son para quien muere, sino también para el que queda vivo; es decir, el ritual le ayuda al que queda vivo a poder procesar o iniciar el proceso de duelo.
 “Luego de la pérdida de un padre, que era el sostén, la familia se reestructura –dijo Esparza Zamora–. Entonces, los rituales ayudan a la familia, simbólica y físicamente, a poder restablecer los roles”.
Unidad de Comunicación Social del CUCS