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Inauguran exposición pictórica en rectoría

 Se trata de una muestra del artista plástico Javier Villaseñor Méndez de retratos en papel en gradillo de diversos personajes de la zona metropolitana

 Se trata de una muestra del artista plástico Javier Villaseñor Méndez de retratos en papel en gradillo de diversos personajes de la zona metropolitana

Jaime Andrade Villanueva y el artista plástico Javier Villaseñor Méndez inauguraron la exposición pictórica en el vestíbulo de rectoría del Centro Universitario de Ciencias de la Salud. La muestra comprende una serie de retratos de personajes de la ciudad de Guadalajara como el Dr. ATL, Dr. Rivas Sousa, Pepe Guizar, El General Hilachas, Polidor, entre otros.
Los profesionales de la salud conocen la trayectoria de personajes como el Dr. ATL y el maestro emérito Mario Rivas Sousa pero pocos saben que en la décadas de los cincuentas, sesentas y setentas existieron diversos personajes que deambularon por las calles de la ciudad con distintas actividades y que se constituyeron como auténticos iconos de Guadalajara como El General Hilachas, Polidor, Pada Oda, Firulais, La Miau Miau, El Seven, Don Ferruco, etc.

Por ejemplo el General Hilachas era un limosnero que usaba un viejo Kepí, huaraches, un vendaje de color indefinido. Una guerrera que se caía a pedazos. Con orgullo, decía: "Yo soy General". No le quitaban la idea de que era el general. No pedía, lo que le daban lo recibía con dignidad, siempre y cuando le dijeran General; antiguo revolucionario que conservó el uniforme de soldado, raído y mugroso. La ropa que le obsequiaban se le ponía toda al mismo tiempo, llegando a usar cinco o seis sacos, uno encima de otro, además del gabán y la gorra de soldado. Alguien le escribió en ella: “General del Batallón cuarenta y uno”. El nombre del General Hilachas quedó grabado en la memoria de muchas generaciones, sólo por vestirse con las prendas que cada mano generosa le daba.
Don Ferruco era un tipo muy original y popular. Tenía alrededor de cuarenta años y es conocido ya que transitó las calles de Guadalajara llamando la atención de cuantos se encontraban con él. Casi nadie sabía su verdadero nombre y todo el mundo lo designaba con el apodo que le pusieron desde que vino a Guadalajara: “Ferruco”. Algunos viejos atribuyen el apodo a un grupo de muchachos ociosos del apartado barrio del Jicamal, mientras que otros aseguran que fue su suegra. Cuando comenzó a usar bastón el pueblo tapatío le regaló el título de “Don”, en un pergamino.
Pada Oda, Popular hombre delgado que traía un palo de escoba en lugar de bastón para apoyarse, es conocido porque vendía billetes de lotería en el centro sin un lugar fijo en las avenidas López Cotilla, Colón y Pedro Moreno. Su apodo se lo pusieron porque no podía pronunciar “para ahora” y decía “pada oda”. Con el tiempo, se le entendió un poco más que antes, pues era un poco mudo y tenía problemas de la dentadura. Murió en la calle por los rumbos del periódico El Occidental a una cuadra de la Calzada Independencia.
Polidor, se llamaba José Francisco López, nació en Los Reyes, Sinaloa. Era un individuo bajito y delgado, cuyo trabajo consistía en anuncios hablados. Inició su carrera como Publicista, cuando vino a esta ciudad la compañía de teatro de Don Jacinto lo contrató, a pesar de no saber leer ni escribir aunque tenía una memoria privilegiada; y con bastón, recitaba en las esquinas partes de la obra “Los intereses creados”, como propaganda; seguramente le gustó el oficio y haciéndose de su inseparable bocina, continuó con ella hasta su muerte.
Cada retrato tiene una breve descripción de los personajes y bien vale la pena visitarla.
Por Raúl de la Cruz / Foto: Enrique del Moral