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Experto analiza las intenciones, los intereses y las incertidumbres de la Farmacoterapia en COVID-19

En el marco del Seminario Internacional de Salud 2020 que organiza el Departamento de Salud Pública

“Farmacoterapia en COVID-19. Intensiones, intereses e incertidumbres”, es el título de la conferencia semanal del Seminario Internacional de Salud 2020 que organiza el Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), en coordinación con la Universidad Autónoma de Madrid.

En esta ocasión el profesor investigador de la Universidad Autónoma de Nayarit, quien también ha coordinado la Maestría en Salud Pública y en Ciencias de la Salud de la misma Casa de Estudio, Dr. Rogelio Fernández Arguelles disertó sobre las vicisitudes que enfrenta la Farmacoterapia en esta crisis sanitaria: Intensiones, intereses e Incertidumbres, haciendo mayor énfasis en esta última, misma con la que comenzó su exposición.

Incertidumbres

Al abrir su presentación, el conferencista invitado sentenció que ante el COVID-19 los científicos tienen la seguridad de que no pueden estar seguros, “tienen que aprender a dudar”.

“En esta pandemia por COVID-19 la gran conclusión a la que han llegado los científicos es la seguridad de que no pueden estar seguros, ya que epistemológicamente la duda es la que está sembrada al centro del proceso, es lo que genera incertidumbre”.

La incertidumbre, añadió, está en la carrera de velocidad geopolítica, entre la generación del conocimiento y la necesidad de su aplicación, en la presión pública y en las lagunas del conocimiento sobre la patogénesis del COVID-19. “Se dice que el Covid es un rompecabezas”.

Para disminuir esto, Fernández Arguelles recomendó a los estudiosos de la terapéutica contra el nuevo Coronavirus, a consultar literatura (ensayos clínicos) de fuentes independientes para disminuir el sesgo de los ensayos pagados por la industria farmacéutica y comprobar que los conflictos de intereses estén publicados.

Así mismo, conminó a sus colegas a considerar el sesgo institucional, las posturas políticas y gubernamentales; a realizar una evaluación crítica de la literatura científica lo que se puede hacer con base en listas de cotejo; a consultar páginas web de calidad como HON CODE; a considerar el carácter no definitivo de la información de los preprint y aprender a valorar la utilidad sanitaria de los datos epidemiológicos sabiendo interpretar los intervalos de confianza de los indicadores. “Esto para empezar aprender a dudar”.

Anotó que la Farmacología, es una ciencia que busca la causalidad, pero es una ciencia revestida de incertidumbre.

Intenciones

Al exponer el tópico de la intención, el doctor en Ciencias Farmacéuticas por la Comisión Nacional de Grado Científico de la República de Cuba, indicó que la intención “más pura” en esta crisis sanitaria es el control de la pandemia y aliviar a los enfermos.

“Podemos considerar que la intención más pura de la terapéutica contra el COVID-19 pudiera ser la disminución de los estragos de la pandemia, apoyándose en la búsqueda de la terapéutica, pero no faltan los intereses comerciales, los conflictos de intereses que minan las buenas intenciones. Por lo que la incertidumbre es constante, pero hay que aprender a vivir con ella para poder avanzar. Ser menos ingenuos y aprender a dudar”, sentenció.

Fernández Arguelles detalló, que la intención o meta de la Farmacoterapéutica  para el COVID-19 es disminuir la carga viral, retrasar la propagación de la enfermedad, aliviar los síntomas de la infección, tratar de prevenir las infecciones bacterianas asociadas, tratar racionalmente las comorbilidades y disminuir la morbimortalidad.

Lo anterior para no caer en errores como administrar Oseltamivir, que ofreció la cura contra el COVID-19 y prometió disminuir a 20 horas la progresión de la enfermedad, lo que no se cumplió.

Refirió que la terapéutica contra el COVID-19 también debe considerar el efecto que produce la medicación concomitante para las comorbilidades, de las cuales, las más difíciles de controlar son las cardiopatías y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Advirtió que el reposicionamiento o relanzamiento de ciertos fármacos no están tomando en cuenta su interacción con una enfermedad viral, por lo que se desconocen las reacciones adversas.

“Nadie ha advertido qué puede pasar con las reacciones adversas normales en el terreno de un paciente minado por una enfermedad viral. Entonces cuidado, el reposicionamiento no nos asegura los daños y los riesgos que ya aparentemente eran conocidos del fármaco. Por tanto, la seguridad del fármaco es muy desconocida”.

Intereses

Aseguró que la pandemia ha dejado al descubierto, que hay intereses financieros, políticos y públicos e incluso conflicto de intereses mezclados, además de manipulaciones y sesgos “como los que concentra la industria farmacéutica”.

“El gran sesgo como el de la industria farmacéutica, que en su justo medio, si bien hace mucho por la salud pública también defiende sus intereses comerciales. Es importantísimo el papel de la industria, pero el único problema es que las instituciones públicas tendrían que saber cómo manejarla, lo cual no se da. Es al revés”.

Lo anterior, también tiene que ser analizado desde el “caos en la investigación y desarrollo a nivel mundial en materia de Farmacología, ya que al día de hoy, dijo, se registran 2,427 protocolos en Estados Unidos para COVID-19 de un total de 350 mil protocolos registrados en el mundo, sobre medicamentos y vacunas, principalmente contra el nuevo Coronavirus.

El también ex asesor científico del Seguro Popular en Nayarit y ex asesor del Comisionado Nacional del Seguro Popular en materia de políticas farmacéuticas, advirtió además sobre el reposicionamiento de fármacos que está haciendo la industria farmacéutica para relanzar -prometiendo la terapéutica adecuada contra el COVID-19- el uso de principios activos Antivirales de entrada del virus, como la Hidroxicloroquina; de replicación del material genético, como el Rendesivir y de salida del virus, como la Invermectina. Así como la Inmunoterapia (Vacunas) o Inhibidores del huésped, como la dexametasona e interferones.

El ex subdirector del Centro Nacional del Desarrollo de la Farmaco-epidemiología en Cuba, puntualizo que los fármacos (sustancia activa) y los medicamentos (producto terminado para su dispensación) se aprueban con leyes que si bien las aplica el Gobierno, fueron creadas por la industria farmacéutica, “entonces ahí hay un círculo vicioso que favorece a los intereses particulares que hoy ha permeado a los gobiernos e incluso a la Organización Mundial de la Salud”.

“El medicamento es un instrumento de presión social y política. Estos intereses a veces privan sobre los intereses altruistas y epidemiológicos de la Farmacoterapéutica”.

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”

Guadalajara, Jal., a 6 de Julio de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar