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La Nueva Salud Pública en tiempos de crisis: Una perspectiva Mesoamericana, tema de la más reciente edición del Seminario Internacional de Salud 2020

El profesor investigador del Departamento de Salud Pública, Dr. René Cristóbal Crocker Sagastume expuso propuestas para transitar de lo tradicional a la Nueva Salud Pública en México

La realidad que implica vivir en tiempos de  crisis obliga a los profesionales de la salud, investigadores y activistas a impulsar una Nueva Salud Pública (NSP) con una perspectiva Mesoamericana que parta del cambio del modelo teórico de abordaje tradicional, HACIA UNA visión les permita analizar la complejidad de la problemática salud-enfermedad con base en un diálogo epistémico entre poblaciones y sus consabidos contrastes derivados de la región geográfica en la que se desarrollan, siempre considerando a los sectores vulnerables de la sociedad e incluyendo el intercambio de saberes entre la ciencia y los saberes comunitarios (medicina tradicional).

Estas son a grosso modo las propuestas que hizo el profesor investigador del Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) al dictar la conferencia “La Nueva Salud Pública en tiempos de crisis: Una perspectiva Mesoamericana” en el marco del Seminario Internacional de Salud 2020.

El médico pediatra, con maestría en Salud Pública orientada a la Nutrición Materno-infantil por el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá, expuso ampliamente durante su disertación el concepto NSP y la “crisis” mundial, para concluir exponiendo una serie de propuestas que permitan redireccionar el ejercicio de la Salud Pública en Mesoamérica.

Durante la conferencia que se realizó en coordinación con la Universidad Autónoma de Madrid, Crocker Sagastume describió que la NSP data desde hace 40 años tras el rompimiento de Guatemala con la Declaración de Alma- Ata de la OMS, a principios de los años 80.

La NSP fue impulsada por varios salubristas quienes la definieron como una propuesta en construcción basada en los pueblos mesoamericanos situados desde el norte de México partiendo de los estados de Sinaloa y Tamaulipas hasta Guatemala, Honduras, El Salvador, el Sur de Nicaragua y el norte de Costa Rica. Puntualizó que Mesoamérica significa la tierra donde se ha desarrollado la cultura del maíz.

El también maestro en Ciencias de la Educación, refirió que bajo estos antecedentes, en este territorio “está servida la mesa para que el Covid-19 se desarrolle”.

Expuso que el trabajo de los especialistas en Salud Pública se ha sustentado tradicionalmente en la Epistemología Crítica, misma que guarda estrecha relación entre la economía y la naturaleza en un proceso de globalización neoliberal, que toma como base el modo de producción, la relación con el medio ambiente y la división de clases sociales.

Esta epistemología la contrasta con la denominada Epistemología del Sur, misma que representa la base de la NSP consistente en conocimientos surgidos de diálogos y situaciones de igualdad con grupos y clases emergentes (pueblos originarios, mujeres, niños, adultos mayores, marginados, etc.).

Crocker Sagastume destacó que en las clases emergentes existen “saberes que no se han trabajado en Salud Pública. Las epistemologías rescatan las acciones humanas cotidianas en la construcción de lo social”.

Respecto al concepto de “crisis” mundial el investigador del CUCS expuso la crisis económica, climática, alimentaria y del sistema de salud.

Respecto a la crisis económica, reveló que ésta es provocada por la globalización neoliberal, misma que se representa por la súper-hegemonía del capitalismo internacional sustentada en una economía rígida, en leyes de mercado, en la dolarización de la economía a escala mundial y en el predominio del capital financiero.

Ante este contexto, la salud en la globalización se ha manifestado en la desaparición de un estado benefactor y financiador de lo social; en un estado regulador (acreditador y certificador) en materia de salud y centrado en la alimentación “otorgando estímulos a la economía privada y al mercado liberal en salud”, cuyas acciones se centran en el impulso de políticas sociales hacia los pobres para paliar los efectos de la economía neoliberal.

En México, expuso como ejemplo, que las más cuantiosas inversiones públicas y privadas suelen destinarse tradicionalmente al sureste del país “solo para paliar la pobreza”.

En materia de crisis climática refirió la importante cantidad de virus que se desarrollan por la destrucción de la biodiversidad generada por el cambio climático, lo que amenaza la salud.

Respecto a la crisis alimentaria, expuso la dificultar que para el caso representa la cada vez más extensa erosión de tierra fértil.

La crisis del Sistema de Salud, añadió, es producto de la falta de intervención en las otras tres crisis, lo que repercute en los indicadores de salud-enfermedad.

Refirió que los modelos de salud púbica actuales no analizan dichas crisis, por lo que son obsoletos en la actualidad, razón por la que resulta necesario replantear la Salud Pública. A los modelos que operan desde hace 40 años, los denominó convencionales y por tanto insuficientes, lineales, monoepistémicos lo que hace que la teoría se centre en la “transición en salud”.

Criticó también de la Salud Pública convencional, las políticas públicas centralizadas venidas de organismos internacionales (OCDE, OMS, OPS, FMI, BM), por lo que no todas se adecuan a la realidad de donde se aplican.

Refirió que otro problema de la Salud Pública convencional es que usa modelos sanitarios con enfoque biomédico “pero en México muchos problemas de salud están relacionados con la nutrición y con problemas de salud mental como el síndrome depresivo”, aclaró.

Añadió que esta crisis de la Salud Púbica en este país, también se fundamenta en la segmentación y desintegración de los sistemas de salud, lo que determina la calidad de la atención (Seguridad Social, Seguro Popular, Seguridad Privada y medicina tradicional), que no permiten garantizar el acceso universal.

Como consecuencia de esta segmentación, indicó, los sistemas de vigilancia epidemiológica son deficientes en la nueva realidad, además de que lo que vigilan es la enfermedad y no la salud, por lo que se necesitan cambios urgentes para dirigir de manera más atinada la prevención y citó la desvinculación entre la formación de profesionales de la salud con las necesidades de la salud pública, donde por cierto, predomina el enfoque biomédico.

“Hay una brecha entre las necesidades sociales y la formación profesional de la salud. No hay médicos con conciencia para ir a donde están los problemas de salud”, lamentó.

Para el desarrollo de la NSP, el profesor investigador del CUCS propuso: Hacer cambios en el modelo teórico de abordaje de los problemas de Salud Pública; Tener una Visión interparadigmática para analizar la complejidad de la problemática de la salud-enfermedad; Generar el diálogo epistémico entre el norte y el sur; Generar el diálogo de saberes (investigadores-curanderos) y generar diálogo con los nuevos actores sociales vulnerables (mujeres, campesinos, marginados urbanos).

Para ello, recomendó una visión transdisciplinar de la Salud Pública desde el método molecular, clínico, epidemiológico, sociocultural y ecológico y proponer modelos para enfermedades crónicas con bases nutricionales.

Así como cambio en la construcción y aplicación de políticas públicas basadas en un modelo multisectorial; Diálogo del pueblo hacia el Gobierno; Diálogo con organismos internacionales y gestión social para la implementación de dichas políticas públicas en poblaciones y municipios.

 

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”

Guadalajara, Jal., a 22 de Junio de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Cortesía