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La Epidemiología científica debe permear en la toma de decisiones gubernamentales ante eventos de salud-enfermedad como la actual pandemia por COVID-19, coinciden expertos

En modalidad de Simposio, cinco expertos dialogan sobre la “Epidemiología y formación de recursos humanos en la pandemia de COVID-19”

“Epidemiología y formación de recursos humanos en la pandemia de COVID-19”, fue la temática sobre la que versó  esta semana el Seminario Internacional de Salud que organiza la Universidad de Guadalajara (UdeG) en coordinación con la Universidad Autónoma de Madrid,  que en esta ocasión se impartió bajo la modalidad de Simposio en el que participaron cinco panelistas de talla nacional, moderados por el  Dr. Jaime Salvador Moysén, profesor investigador del Instituto de Investigación Científica de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Cada uno de los panelistas respondió a preguntas base que giraron en torno a los conceptos y enfoques de la Epidemiología en el proceso de enseñanza aprendizaje; Conceptos y/o enfoques de la Epidemiología que identifican que se han utilizado en esta pandemia de COVID-19; Medidas de prevención, control epidemiológico y estimación de tendencias que se han identificado en el manejo de la presente pandemia; Lecciones para la enseñanza de la Epidemiología; y Propuestas para el control en el futuro de esta y otras epidemias.

Los panelistas abundaron más en el segundo cuestionamiento acera de los enfoques epidemiológicos que han sido utilizados en la pandemia y coincidieron en criticar la actuación de las autoridades sanitarias dado que han ponderado la toma de decisiones desde el ámbito político y no científico dejando de lado las aportaciones de la Epidemiología, misma que solo ha sido tomada en cuenta de manera básica.

El profesor investigador del Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la UdeG, Dr. Noé Alfaro Alfaro indicó que al entender la correlación entre el proceso de determinación a la salud y COVID-19, pudo darse cuenta que se debían establecer medidas de control que  -en México por tener un sistema de salud “desmantelado”- se tomaron acciones tardía,  muchas de ellas solo para contrarrestar las consecuencias de la enfermedad como la “reconversión hospitalaria”, lo que si bien ha servido para salvar vidas, el enfoque ideal hubiera sido haber manejado la pandemia desde la atención primaria de manera simultánea, con enfoque en la promoción, prevención y diagnóstico oportuno de casos de COVID-19.

“El control de las epidemias, pandemias o sindemias, tiene que hacerse principalmente contando con la atención primaria y su primer nivel de atención para determinar qué intervenciones conviene hacer. Intervenciones que debieran ser de manera intergubernamental, intersectorial o intersecretarial”.

El ex jefe de Área Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social en Jalisco, Dr. José Luis Canales Muñoz, lamentó que la Epidemiología aplicada a la pandemia por COVID-19 en México ha generado discrepancias entre los tomadores de decisiones, toda vez que se ha sustentado en diferentes métodos y no se ha homogenizado su aplicación, lo que no ha llevado a decisiones efectivas en el terreno de la práctica.

“Enfoques con muchas variantes en el uso de información, indicadores e interpretación de resultados entre países y oficinas regionales de la OMS… Información matizada por múltiples fuentes de comunicación oficiales y otras de divulgación general con portavoces basados en una “opinología”, disfrazada de pseudociencia y esto nos ha hecho tener diferentes interpretaciones”.

Puntualizó que las autoridades sanitarias han utilizado métodos de Epidemiología y Estadística básica, estimación de riesgos, diagramas de transmisión, series de tiempo, sistemas de georeferencia, modelos matemáticos de predicción, utilización y evaluación de servicios médicos y enfoques diversos de epidemiología básica social, ambiental y molecular.

Coincidió con otros ponentes participantes que esta es “una pandemia continua que no ha perdido velocidad de trasmisión, que tiene que someterse a evaluación de políticas de salud, desde la perspectiva epidemiológica y creo que eso nos ha estado haciendo falta”.

El profesor investigador del Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana, Dr. Mauricio Mendoza González por su parte, hizo una introspección desde los profesionales de la Epidemiología en México al subrayar la responsabilidad política y social de la ciencia de la Epidemiología, que hasta ahora ha evidenciado, dijo, una falta de planeación y coordinación para enfrentar este evento emergente, “hay poco liderazgo epidemiológico sanitario a nivel nacional y falta de unidad para la toma de decisiones” lo que redunda en un proceso pandémico que deja en claro que “lo que se ha hecho no ha sido suficiente”.

Refirió estudios que se están haciendo en México sobre la efectividad de las medidas sanitarias impuestas por las autoridades, así como un análisis social desde la perspectiva del discurso institucional subordinado a decisiones políticas, los contagios en el personal de salud, así como las muertes de éstos y la falta de apoyo institucional que en suma, reflejan “los errores de la  toma de decisiones en los niveles más elevados de la política sanitaria nacional”.

“La inteligencia epidemiológica debe de ser un hecho paradigmático, científico y no lo que parece que es hoy, en el momento en que se convirtió en una estrategia programática más. Creo que tenemos todo para generar el análisis suficiente de intervención y de planeación de acciones para los próximos momentos y creo que todavía es tiempo”.

El  profesor investigador del Departamento de Geografía del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG, Dr. Miguel Ernesto González Castañeda indicó las aportaciones que puede hacer la Geografía al análisis de una pandemia, dado que “es en el territorio donde las políticas se hacen acción. No hay política de salud que no decante tarde o temprano en el territorio y si el territorio es complejo de estudiar, hay que estudiarlo desde el punto de vista de la Epidemiología, de la Salud Pública y de las ciencias integradoras como la Geografía”.

Criticó las acciones y medidas sanitarias en tanto desintegradas y desarticuladas, sin tomar en cuenta la participación de líderes sociales ni la incorporación de especialistas en la toma de decisiones. Así como la falta de promoción de investigaciones locales que pueden aportar al manejo de la pandemia.  

                                                            

Alfaro Alfaro refirió en relación a la tercera pregunta que, para la prevención y control de la pandemia, la Epidemiologia usa los resultados de investigaciones a fin de diseñar las medidas y acciones comunitarias más convenientes. Para ello, los epidemiólogos buscan respuestas a preguntas básicas como ¿Quiénes son los enfermos de COVID-19 y dónde están? Para establecer medidas de prevención y control de la enfermedad.

Así, se detectó que son las personas con comorbilidades las más susceptibles al SARS-CoV-2, por lo que se deben dirigir las acciones de Salud Pública al control de padecimientos como obesidad y su relación con la diabetes, lo que se debe abordar desde el primer nivel de atención. También se preguntan cuáles son los determinantes del proceso salud enfermedad de quienes padecen COVID-19, pudiendo hacer el siguiente análisis de la base de datos:

Al 31 de octubre se registraban en el país 2 millones 3 mil 499 personas estudiadas de las cuales, 924 mil 962 dieron positivo a COVID-19  y 1 millón 120 mil 362 resultaron negativos al virus. Con lo que se puede determinar que del total de casos positivos, requirieron hospitalización 22.7 por ciento y recibieron atención ambulatoria 77.3 por ciento. De estos hospitalizados, el 16.6 por ciento requirieron intubación y no la requirió el 83.4 por ciento.

“Esto es importante porque entonces tenemos que empezar a ver medidas de control a nivel ambulatorio comunitario, pero tenemos que empezar a ver también medidas de control a nivel hospitalario. Igualmente tenemos que empezar a trazar tendencias para ver qué otras medidas de control se requieren y para ello, nuestro ejemplo es Europa”.

Recalcó que gracias a la disponibilidad de datos, al 31 de octubre se puede determinar que ser varón tiene un on ratio de 1.2, es decir se enferman más los hombres de COVID-19 que las mujeres. Dicho ratio se duplica en el caso de neumonía (2.9), o el ratio de la obesidad que se asemeja al de ser varón (1.4), diabetes (1.7), hipertensión (1.6), enfermedad cardio-vascular (-1.06) o la enfermedad renal crónica (1.1).

Ante ello, y en relación a la última pregunta, propuso que las medidas que deben aplicarse son las de promoción de la salud, relativas al cambio en los hábitos alimenticios principalmente, no así en materia de prevención ya que no existe aún vacuna aprobada, por lo que se deben aplicar otras medidas en las que no se ha hecho mucho énfasis, como lo es el ejercicio físico y el manejo del estrés, así como mantenerse en distanciamiento, al tiempo que desde la Salud Pública se deben “ir a controlar los brotes a donde están sucediendo”, incluyendo al primer nivel para no hospitalizar a los sospechosos, así como el combate a la “infodemia” o las fake news.

Destaca también lo propuesto por Canales Muñoz acerca de que el aislamiento social pase a ser focalizado para grupos de riesgo; Hacer evaluación de campo para medir el nivel de transmisión interpersonal; Conocer el número de personas sospechosas; Que las decisiones políticas del más alto nivel se vinculen con los expertos en Salud Pública en general y en Epidemiología en particular; Que se organicen y estructuren los esfuerzos respecto a las metodologías de campo “para ir a detener focalizadamente la transmisión con el fin de ayudar a que esto se reduzca y no esperar hasta junio del 2021 a que probablemente ya no tengamos la misma velocidad de transmisión”. Hizo énfasis en la evaluación de la enseñanza de la Epidemiología entre instituciones de Gobierno, universidades y asociaciones.

Mendoza González consideró que la Epidemiología debe empezar a ser vista como una ciencia transversal a todas las acciones vinculadas con la salud-enfermedad, así como cerrar la brecha entre el espacio asistencial y los ámbitos formativos e involucrar la participación de la epidemiología en la planificación de las acciones en salud. Propuso hacer un ejercicio de prospectiva a largo plazo sobre el proceso de salud-enfermedad en toda la población, al margen de seguir atendiendo la pandemia en lo inmediato. La medidas de control ya sabidas deben reforzarse, con un nivel de comunicación efectiva con toda la población y establecer una Epidemiología de orden sindémico, en conjunto con el dengue, la tuberculosis, influenza y enfermedades crónicas, etc. Así como empezar a regular la “infodemia” proporcionando más y mejor información a la ciudadanía.

“Hay que romper con la Epidemiología tibia, temerosa… creo que debemos de establecer una postura de emancipación que permita la constitución próxima de un sistema de salud que verdaderamente sea garante del derecho a la salud y a la vida”.

González Castañeda se pronunció por último, a favor de la Salud Pública Basada en Evidencias  y a favor de la Geografía-Epidemiología como una meso-disciplina, en la que se incorpore a la sociedad en la toma de decisiones y en el procesamiento de datos.

Propuso hacer análisis geográficos más que presentar gráficas y tendencias sumarizadas y no focalizadas “lo que no ayuda del todo a tomar decisiones, porque no se correlacionan con el territorio”

“Mi recomendación es el uso sistemático de la representación espacial pero de calidad y a diferentes escalas que permitan ir viendo la evolución y sobre ello, tomar decisiones a diferentes niveles”.

Señaló que la georeferenciación aporta mucho a la Salud Pública y abona a la toma de decisiones focalizadas con visión global, ya que permite hacer síntesis, análisis de datos, visualización de datos e interpretación de los mismos, etc.

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”

Guadalajara, Jal., a 02 de Noviembre de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Cortesía