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Expone investigadora de la Universidad Juárez de Durango un caso de éxito en la respuesta comunitaria ante la percepción de riesgo por la pandemia de COVID-19

Su participación fue en el marco del Seminario Internacional de Salud 2020

“Percepción de riesgo en COVID-19. Brote familiar - Respuesta comunitaria”, fue el título de la conferencia que dictó la investigadora del Instituto de Investigación Científica de la Universidad Juárez del Estado de Durango, Dra. Yolanda Martínez López en el marco del Seminario Internacional de Salud 2020 que organiza el Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

La también integrante del Cuerpo Académico de Salud Pública y Epidemiología de la Universidad Juárez, inició su disertación partiendo del concepto de percepción de riesgo.  Detalló que mientras el concepto científico es construido con cifras que reflejan la probabilidad de que ocurra un evento, el concepto de riesgo poblacional es una construcción subjetiva, influida por aspectos sociales, psicológicos, políticos y financieros. Se asocia con la posibilidad de no poder vencer un peligro.

“La población tiene una concepción amplia del riesgo, cualitativa y compleja. Incorpora consideraciones como la incertidumbre, el temor, el potencial catastrófico, la capacidad de controlar la intensidad del daño ante la presencia de un acontecimiento inevitable. Dimensiones que habitualmente no se incorporan en el concepto técnico de riesgo que lo define como sinónimo de probabilidad”.

Citó como ejemplo un brote comunitario de COVID-19 que ocurrió en una localidad del municipio de Guadalupe Victoria, Durango, cuya principal actividad económica es la ganadería y la agricultura, una característica es la migración (grado de masculinidad de 96 por ciento) y el flujo de mexicanos radicados en Estados Unidos que regresan constantemente de visita. Dicha comunidad de la que prefirió evitar su nombre, cuenta con una población de 2,588 habitantes, con escolaridad de 8 grados y un nivel de marginación bajo.

“Los paisanos son de aquí… siempre regresan” construyen fuertes redes sociales, participan en la vida comunitaria tanto en Estados Unidos como en Durango. Relación en la que ya hay varias generaciones”

Expuso que el primer brote familiar/comunitario inició el 16 de abril del 2020, cuando la doctora de la localidad recibe a un paciente de 12 años con síntomas respiratorios, cuya tía   se sintió mal la noche anterior con los mismos síntomas habiendo sido trasladada a la capital del estado para su hospitalización, misma que se convirtió en la primer víctima mortal del padecimiento al paso de una semana aproximadamente.

Ante estos primeros casos, se activaron las medidas de contención centradas en la persona y el estudio de contactos, toma de muestras y confinamiento domiciliario de las personas con quienes tuvieron acercamiento.

Al confirmarse la positividad de algunos contactos, las autoridades declararon cuarentena y comenzaron las medidas de mitigación comunitaria, se dio reporte a autoridades, se pidió personal de salud de refuerzo y se estableció una mesa de trabajo permanente entre autoridades de salud y los diferentes niveles de gobierno tanto ejidales como municipales y estatales, al tiempo que se instalaron filtros sanitarios en todo el territorio estatal.

Refirió que se aplicó en tiempo y forma el Sistema de Información para la Gestión de la Emergencia por COVID-19. No obstante, tras cinco semanas se contabilizaban 11 casos positivos y dos fallecimientos.

Además fue importante identificar en el estado y en la comunidad que había factores de vulnerabilidad asociada: su población económicamente activa, mujeres en edad fértil, adultos mayores y población indígena. Por lo que en las mesas de trabajo se propuso crear desde las autoridades de salud una plataforma en la que era posible mapear todo el estado bajo estos filtros, lo que les implicó levantar diferentes censos.

“En la comunidad, lo que se vio con esto fue que la respuesta social no se hizo esperar. Al día siguiente de la declaración de cuarentena, se recibió noticia de que el primer caso de la mujer de 35 años había perdido la vida. Ya estaba cerrado el pueblo y los comerciantes y proveedores se organizaron para otorgar sus servicios y productos a los lugareños. Se organizó un banco de alimentos y se recibieron apoyos económicos así como de comunicación de los connacionales radicados en Estados Unidos, siempre solidarios”.

La conferencista, resaltó que la repuesta de la comunidad en ese momento era de desconcierto en una fase inicial,  lo que los llevó a una movilización propositiva, “lo que fue la mejor convocatoria para que se pusieran a trabajar todos juntos. La respuesta fue muy favorable”.

Martínez López expuso que fue desde el 20 de abril cuando se impuso el toque de queda durante las 24 horas en la comunidad y todas las demás medidas de contención.

Ya para el 08 de mayo otro miembro de la misma familia murió; el resto de familiares estaban recibiendo manejo ambulatorio y se recuperaron. Pero luego ocurrió  un segundo momento del brote familiar al fallecer una mujer de 78 años de otra familia ajena al caso original.

Y es que, explicó que tras 19 días de cuarentena y sin nuevos casos se decidió levantar la cuarentena para el 18 de mayo. Pero días antes, tuvo lugar una fiesta en ocasión del Día de la Madre que aunque fue disuelta por la Seguridad Pública, derivó en un caso nuevo confirmado, razón por lo que se decidió prolongar la cuarentena, a la que la población se sumó de manera muy rigurosa. “Todos se vigilaban y se ayudaban entre sí”.

La investigadora de la Universidad Juárez de Durango, centró en este punto su disertación al enfatizarla en la “amplificación social del riesgo”. Dijo que ante el desempeño de las instituciones de salud, de los grupos sociales y de la respuesta individual, se construye una experiencia social de riesgo que es diferente en cada escenario y esa experiencia social tiene que ver con las consecuencias reconocidas del riesgo. Ello hace que el concepto de riesgo cambie de acuerdo a la manera en que se responde al peligro como individuos, como grupo familiar y como grupo comunitario.

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”.

Guadalajara, Jal., a 14 de Septiembre de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Cortesía