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Egresa la octava y última generación de maestros en Terapia Familiar

Este programa será sustituido por la Maestría en Psicología Clínica

Los vertiginosos cambios sociales de la historia reciente, exigen retos de alta envergadura como la formación de recursos humanos y el desarrollo del capital social y cultural acorde a dichos cambios, afirmó el rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Dr. José Francisco Muñoz Valle al dirigir un mensaje a los graduados de la octava Generación “Dra. Cecilia Colunga Rodríguez” de Maestros en Terapia Familiar a quienes llamó promotores del cambio.

“Ustedes, estimados egresados que decidieron estudiar las bases teóricas respecto a la comprensión y explicación del ser humano para generar alternativas de intervención psicológica a partir de una epistemología sistémica, haciendo uso de técnicas y herramientas para mejorar la calidad de las relaciones y contribuir así al desarrollo de los individuos dentro de las parejas, de las familias y las organizaciones, ahora son ustedes los promotores de estos cambios”.

Tras reconocer que la Maestría en Terapia Familiar del CUCS, gozó de alto prestigio estatal y nacional, Muñoz Valle señaló que este programa es parte de la transición académica por lo que será desplazada por la Maestría en Psicología Clínica.

Es por ello que los alumnos pertenecientes a esta última generación, cierran un ciclo importante en el CUCS para dar paso al abordaje de nuevos tópicos de la salud psicosocial pero ahora desde diversos enfoques epistemológicos.

La octava y última generación de maestros en Terapia Familiar, fue un programa dependiente del Departamento de Clínicas de Salud Mental del que egresan 19 personas.

La coordinadora del programa, María Guadalupe Covarrubias de la Torre destacó que un maestro en Terapia Familiar está entrenado para identificar las pautas individuales, familiares, generacionales y sociales de todas las personas que asisten a las sesiones terapéuticas.

“Ello no nos exime de transitar por el camino de sanar nuestras propias relaciones mediante el reconocimiento de nuestras propias pautas y de las pautas de nuestras familias, que son todas distintas. Así, debemos concluir que no son 19 miembros los que terminan la maestría, se gradúan 19 familias”.

Resaltó que el papel de los terapeutas familiares debe centrarse en valores como la lealtad, la diligencia y honestidad. Principios éticos, dijo, fundamentales para realizar las intervenciones y procesos de ayuda a los que están comprometidos. En ese marco, desarrollaron capacidades en el arte y la destreza de intervenir.

Tras aclarar que el cierre de esta maestría ocurre tras 15 años de formar terapeutas familiares, la coordinadora de la misma, llamó a los graduados a ser congruentes con el lema universitario: “Piensa y Trabaja”, lo que deben hacer de manera sistémica y circular.

Hizo entrega de un reconocimiento a las dos coordinadoras de la Maestría, quienes la antecedieron en el cargo: La Dra. María Ángela Pérez Gómez y Dra. Colunga Sánchez Martínez.

Por su parte, la representante de la Generación, María Trinidad Amezcua Rodríguez puntualizó que la Terapia Familiar “nace del enfoque sistémico y considera que los comportamientos humanos son el producto de complejas interacciones que los individuos tenemos dentro de un grupo, es decir un sistema”.

Refirió que recientemente en el país, se han generado cambios sociales que han llevado a conocer nuevas dinámicas familiares, así como nuevos modelos y tipos de familia, por lo que el objetivo de la Terapia Familiar es mejorar el funcionamiento de todo núcleo familiar; aumentar la comprensión mutua de sus integrantes, estimular el apoyo emocional de los miembros del sistema familiar, desarrollar estrategias de afrontamiento y habilidades de resolución de problemas, entre otros.

“¿En qué casos podemos utilizar la Terapia Familiar Sistémica? En crisis familiares, en terapia de pareja, interactuando con problemas específicos de cada miembro de la familia, en el tratamiento de adicciones, en actividades de psico-educación, así como en entrenamiento para padres y madres de familia”.

Refirió que este homenaje por el esfuerzo realizado, lo hace extensivo a los y las docentes que les compartieron sus conocimientos y que han abonado para que hoy puedan desempeñarse como excelentes terapeutas familiares y dignos representantes y embajadores de la Universidad de Guadalajara.

La madrina de la Generación por su parte, Dra. Cecilia Colunga Rodríguez se refirió a sus ahijados como una familia “que pudo sobrevivir a las diferencias y conflictos”, pero también entre quienes surgieron afectos, cariño y solidaridad.

“Como maestros en Terapia Familiar, les corresponde un gran reto que les imponen las condiciones sociales actuales, el reto que representan los cambios sociales en la historia reciente y las nuevas familias que sin duda, responden a las grandes transformaciones sociales, ello exige de ustedes una gran responsabilidad para su formación continua, de manera ética y humanista”.

Afirmó que hoy la Universidad de Guadalajara, entrega a la sociedad 19 terapeutas familiares, que si bien son insuficientes antes las necesidades actuales, serán de gran beneficio para la comunidad que los acoge.

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

Guadalajara, Jal., a 31 de Enero de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Fryda Villa Alejandre