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COVIDengue: crisis para la salud pública y para el sistema sanitario

“Dengue en tiempos de COVID-19” fue el tema abordado en la más reciente conferencia dictada en el marco del Seminario Internacional de Salud

En el marco del Seminario internacional de Salud, que organiza la Universidad de Guadalajara, a través del Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y la Universidad Autónoma de Madrid, se dictó la conferencia “Dengue en tiempos de COVID-19” a cargo del jefe de la Unidad de Investigación en Enfermedades Emergentes del Hospital Infantil de México, "Federico Gómez", Dr. Jorge Fernando Méndez Galván.

El Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Nuevo León, reveló que el dengue y las demás enfermedades transmitidas por el aedes aegypti  (chicungunya y zika), figuran entre los arbovirus más comunes en Las Américas y todos están presentes en México.

Indicó que los tres padecimientos, pueden manifestarse con infecciones asintomáticas, manifestaciones clínicas generales y leves hasta formas graves para pasar a críticas como el síndrome de dengue grave.

“El aedes aegypti, yo lo defino como la mejor mascota que tenemos, porque le prestamos nuestra casa, le damos criaderos para que pongan sus huevos y se desarrollen sus larvas y finalmente le damos sangre para alimentarse. Entonces es una mascota no reconocida y la población parece que no quiere deshacerse de ellos, a pesar del esfuerzo que hacen los gobiernos”. Es por ello que se pronunció por la promoción de la salud y la vigilancia epidemiológica proactiva, a fin de salir a buscar la enfermedad para identificarla y definirla en lugar de esperarla en los consultorios.

Tras reconocer que hace falta mejorar el sistema de vigilancia epidemiológica para que no pasen desapercibidos casos positivos a dengue, zika y chicongunya, el conferencista invitado aseveró que a pesar del avance en las vacunas contra el dengue, “la batalla está perdida en materia del control de la enfermedad, porque no hemos logrado que la gente reconozca que los criaderos donde los mosquitos ponen sus huevos, los puedan reconocer para su control y eliminación”.

Por tanto, hizo un llamado a la responsabilidad familiar para mantener sus viviendas sin riesgos para su salud, lo que se debe reforzar y dar seguimiento, a fin de dejar de apostarle tanto a los insecticidas.

Recordó que en el  momento en el que aparece el Coronavirus (2019),  el dengue en México tenía un brote importante situándose en principalmente en el centro del país, siendo Jalisco uno de los estados más afectados, para de ahí transitar hacia el norte.

El especialista destacó la exportación de vectores y enfermedades de diferentes áreas a lugares donde antes no existían, como sucedió con el nuevo Coronavirus, virus que llega a sumare a otros preexistentes, dando lugar a las sindemias. Mencionó que en México ya fueron notificados casos de dengue-COVID-19 y de influenza-COVID-19.

COVID-19

Señaló que al igual que el dengue, el SARS-CoV-2 es un virus zoonótico que presenta una tasa de contagiosidad de 2.5 hasta 6. Es decir, cada caso positivo puede llegar a infectar hasta 6 personas, ya que se contagia por la emisión de gotas de secreciones que se emiten incluso al hablar.

“Por eso la recomendación de la sana distancia. Vamos a tener que hacer una cambio cultural a nivel mundial para reconocer que la distancia es un instrumento importante de prevención de enfermedades, como también la limpieza, la desinfección de las superficies y estarnos desinfectando las manos constantemente”.

Expuso que la historia natural del COVID-19 indica que el 30 por ciento de la población es asintomática, el 55 por ciento presenta síntomas de leves a moderados, el 10 por ciento síntomas severos y el 5 por ciento síntomas críticos con una letalidad que alcanza hasta el 55 por ciento de los casos, en donde se ubican las 88 mil muertes registradas en México a la fecha de la ponencia, quienes por cierto, fueron hospitalizados en calidad de graves.

Al analizar la proporción de defunciones en México, el especialista recalcó que desde los 30 años de edad, la mortalidad por COVID-19 en el país empieza a ser importante por los altos índices de obesidad y diabetes que registra la población, lo que facilita en el organismo procesos inflamatorios permanentes a nivel celular y el nuevo Coronavirus es así como se manifiesta, “lo que al juntarse, hace sinergia y se tiene una mortalidad más alta en población joven donde hay mucha obesidad”.

Señaló que con el ejemplo del rebrote que está  teniendo lugar en este momento en Europa, la historia se anticipa para América Latina, donde se debe deben extremar las precauciones para que se evite el mayor daño posible.

“Ya estamos avisados de que viene una segunda ola y tenemos que estar preparados porque se nos va a juntar con la influenza. Se han hecho muchos esfuerzos para vacunar contra influenza en México, esperemos que eso nos ayude”.

Lamentó que durante la emergencia sanitara por COVID-19, los programas de promoción de la salud contra el dengue se pararon al igual que la vigilancia epidemiológica y hoy muchos casos de COVID se pueden estar confundiendo con dengue, lo que sí se está reportando bien en Jalisco Nayarit y Sinaloa donde ya se han notificados casos de COVIDengue.

Hizo énfasis en el concepto de exceso de mortalidad que “a todos nos debe preocupar”, lo que se contrasta con las muertes esperadas por todas las causas y que para el caso de México, ya es del doble de los decesos esperados, lo que calificó de muy grave porque no todas son por  COVID-19, “muchas de ellas pudieron ser porque no se les brindó atención”.

“Un problema muy serio que hemos tenido en los últimos meses con este Coronavirus es que los políticos son los que están decidiendo lo que la ciencia tiene que  hacer y son los políticos los portavoces de los problemas epidemiológicos que  no les corresponden. No deberíamos tener la injerencia tan politizada como la tenemos y eso ha polarizado también a la población”.

Lamentó que el COVID-19, aunado a la presencia de dengue, zika y chicungunya sin pasar por alto la influenza, está desencadenando una crisis en la salud pública, al igual que en el sistema de salud. Explicó que la pandemia está generando gastos que se le está restando presupuesto a otros programas y el de dengue es uno de ellos debido por un lado, a que por el confinamiento no se ha podido salir a hacer trabajo de campo que es “donde se combate el dengue” y segundo, por falta de presupuesto.

Al señalar que el trabajo para el control del Dengue y del COVID-19 debe sustentarse en la ciencia y hacerse en equipo entre la comunidad científica, médica, política y comunitaria, el especialista afirmó que por lo pronto, es necesario asumir el cambio de cultura al que nos está orillando el COVID-19, porque se deberá continuar guardando la sana distancia entre las personas, se deberá seguir teniendo un acucioso lavado de manos, así como seguir utilizando cubrebocas, “no hay tiempo de espera, se debe construir ya la nueva normalidad”.

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”.

Guadalajara, Jal., a 26 de octubre de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Cortesía