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Alto número de casos positivos, alta mortalidad, bajo número de pruebas y alto nivel de sufrimiento social deja la pandemia en países de ingresos bajos como Bolivia

Se analizó “La Epidemia de COVID-19 en Bolivia: Estadística y situación actual” en el Seminario Internacional de Salud

El tema del Seminario Internacional en Salud organizado por el Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y la Universidad Autónoma de Madrid, abordó esta semana el tema “La Epidemia de COVID-19 en Bolivia: Estadística y situación actual”, cuyo ponente invitado fue el médico intensivista de la Policlínica Virgen de Lourdes de Tarija, Bolivia, Dr. Francisco Fernández.

Con relación al período marzo – septiembre de 2020, el especialista relató el curso que ha seguido la pandemia por COVID-19 en el país sudamericano. Expuso que los dos primeros casos que notificó el país fueron confirmados el 10 de marzo y fueron procedentes de Italia. La Emergencia Sanitaria se declaró al día siguiente, para dar paso al primer caso autóctono en la ciudad de Cochabamba, el 20 de marzo se decreta el cierre de fronteras y el 22 se dispone la cuarentena en el país.

El doctor Fernández, relató cómo en un mes (20 marzo a 20 abril de 2020, Bolivia pasó a 9,85 casos confirmados por millón de habitantes, por encima incluso de México. En tanto que en mayo ya la tasa era de 99,97 por millón de habitantes, cifra que continuó creciendo drásticamente hacia el mes de junio cuando se registraban 855,13 casos por millón de personas, mientras las cifras mundiales se estabilizaban.

En Julio, Bolivia se coloca en el segundo sitio mundial solo por debajo de Singapur con 2845,79 casos confirmados por millón para pasar en agosto a 6578,33. En septiembre asciende al primer escaño mundial con 9988,67 casos por millón tras seis meses de ascenso. En octubre la cifra fue para el país boliviano de 11591,76, mientras Singapur descendía y Corea del Sur siempre continuaba manteniéndose en la base de la estadística de casos confirmados en el mundo.

Tendencia que se repite en materia de mortalidad, expuso, pasando de 0,60 casos por millón en Bolivia para el mes de abril y luego colocase en el mes de octubre en el primer lugar mundial con 682,34 muertes por millón de habitantes.

“El número total de muertos en Bolivia, aproximadamente es de 8,200 personas a la fecha del 7 de octubre, lo cual nos da 45 muertos por día, mientras que el número  total de fallecidos en Singapur era de 27 personas en seis meses… lo que significa mucho, porque no solo es el gasto que se ha generado sino el sufrimiento que esto genera a nivel social”. Además  detalló que la  tasa de letalidad pasó de 6,1% en Bolivia, mientras que en octubre fue de 5,9 % por debajo de México que alcanzó 10,4%.

El conferencista invitado, reveló los altos costos de la pandemia en el país sureño, donde el Producto Interno Bruto (PIB) era en 2018 de 34,133 millones de euros, mientras que en Singapur era de 332,330 millones de euros. No obstante, Bolivia presenta 6 veces más casos de infectados de COVID-19 que Singapur con un PIB 10 veces menor.

“No solamente tenemos más infectados, sino que tenemos 10 veces menos de presupuesto y  al final es un gasto que se paga de una manera o de otra… además tenemos el mito de que en los países pobres la gente es más feliz y definitivamente yo creo que no es la realidad, porque la tasa de suicidios es casi el  doble que Singapur… Esta es la crueldad de los datos”.

El Dr. Fernández detalló que al 1 de septiembre, por cada caso confirmado en Bolivia se habían practicado 20,62 pruebas de detección, es decir 2 pruebas por cada caso confirmado, mientras que en Corea del Sur 37,10 pruebas por cada caso confirmado.

“¿En qué nos gastamos el dinero? O te lo gastas en pruebas o te lo gastas en tratamientos. Mientras Singapur, Alemania o Corea se gastan el dinero en pruebas, nosotros nos gastamos el dinero en tratamientos”.

Dijo llamarle la atención que en países de la Región de las Américas, se comenzó la pandemia realizando pocas pruebas pero se termina haciendo demasiadas, donde a la fecha se han realizado 43 por ciento, contrario a lo que ocurre en países como Singapur o Corea, donde el caso se invierte y el resultado es que estos países siempre figuran en la parte baja de la estadística mundial.

“A nivel personal por lo que me ha tocado vivir es que el sufrimiento que hay está multiplicado por toda la familia, no es solo la persona que fallece sino más gente”, concluyó.

A t e n t a m e n t e

“Piensa y Trabaja”

“Año de la Transición Energética en la Universidad de Guadalajara”

Guadalajara, Jal., a 19 de octubre de 2020

 

Texto: Nelda Judith Anzar

Fotografía: Cortesía